Claro, todo el mundo tendrá que pagar mucho más por todo, pero los ricos y especialmente los grandes propietarios de empresas pueden deducir casi todo lo que compran, mientras que el ciudadano promedio no puede. El objetivo de Donald Trump es mantener bajos los impuestos e incluso reducirlos más para los inmensamente ricos y las corporaciones. Su plan consiste en despedir a una gran parte del gobierno federal, además de imponer aranceles, y usar ese dinero para pagar los gastos anuales del gobierno. No va a recortar nada del presupuesto militar porque ama al ejército casi tanto como ama a los ricos. Personas como Trump, que nacieron en familias inmensamente ricas, creen firmemente que los ricos merecen toda la riqueza y no deberían tener que renunciar a ninguna parte de ella, como impuestos, para ayudar al resto del país. Trump y todos los inmensamente ricos creen que la gente trabajadora debería cargar con la carga de pagar impuestos y que todos los programas sociales deberían eliminarse. Si no eres inmensamente rico, entonces no eres más que un maldito esclavo de los ricos y deberías aceptarlo, según ellos.