Los malditos ricos, que se cagan en Dios y en su cara, se han apoderado de todo en este maldito país. Cerca de un millón de personas sin hogar ahora, y cada día es peor, ya que los malditos ricos compran todo, incluyendo propiedades, y obligan a la gente a vivir en las calles y a que los negocios cierren o paguen costos exorbitantes. Los precios de todo siguen subiendo sin importar lo que diga nuestro gobierno mentiroso y despreciable. Todo lo que hacen es mentir y negar, mentir y negar, mentir y negar. Lo único que importa es ayudar a que los malditos ricos acumulen más riqueza. Ahora solo hay estrés y desesperación en este maldito país. Y la gente se pregunta por qué hay tanta delincuencia y violencia en estos días. Maldita sea el capitalismo.