Fue mi segundo vehículo y casi nunca lo usé. Nunca lo usé fuera de carretera. Sin obras. Solo usé la caja una vez para mudarme. Así que no preguntes por qué demonios compré una camioneta. Simplemente se ve y se siente tan bien. No gasté ni un centavo en gasolina. Es hora de deshacerme de ella.