Estamos vendiendo con pesar nuestro Mustang, que es una alegría total de conducir. Somos personas mayores y el automóvil resulta difícil de entrar y salir para una persona de edad avanzada. El coche se encuentra en excelentes condiciones y ha sido tratado con mucho cuidado por nuestra parte. Nuestro hijo, que tiene treinta y tantos años, también lo ha conducido cuando estuvo de visita desde Japón, pero de manera suave.